La periodontitis, denominada comúnmente piorrea o periodontitis crónica, es una enfermedad que afecta al 50% de la población mayor de 30 años. Inicialmente, puede comenzar con gingivitis, para luego proseguir con una pérdida de tejido, recesión de las encías y, finalmente, la degeneración de la masa ósea.
Como resultado, puede desembocar en la caída de los dientes, que se quedan sin soporte para mantenerse en la boca. La mejor forma de evitar enfermedades en nuestras encías es la prevención. Pero debemos tener en cuenta que existen factores individuales, directamente relacionados con la posibilidad de desarrollar esta enfermedad:
- Predisposición genética del paciente.
- Capacidad de generar placa bacteriana (sarro), y habilidad de controlarla.
- Presencia de otras enfermedades, como la diabetes.
- Ser fumador.
- Embarazo y/o tratamientos hormonales.
- Haber padecido previamente una enfermedad periodontal.
Primeros síntomas de enfermedad periodontal
La piorrea o periodontitis tiene su origen en un problema gingival que no ha sido previamente tratado. Comienza con la gingivitis, una inflamación de las encías debido a una falta de higiene bucal. La diferencia entre la gingivitis y periodentitis es que la primera afecta únicamente a las encías. Si no se trata, deriva en una periodontitis, que presenta el proceso que hemos indicado al principio.
¿Cómo podemos prevenir la periodontitis?
A diario: lavándonos los dientes mínimo dos veces al día durante dos minutos. Para completar este proceso, utlizaremos la seda dental o cepillos interdentales, y por último, un colutorio.
Cada tres meses: renovando el cepillo dental.
Cada seis meses o un año: visitaremos al especialista para realizar un seguimiento. En el caso de no visitar regularmente al dentista, la colaboración entre médico de familia y odontólogos, es clave para la detección de la periodontitis.
Programa de mantenimiento periodontal
A los pacientes que han sufrido una enfermedad periodontal se les aplica un protocolo de seguimiento, que consiste en una serie de consultas pautadas de prevención, con la finalidad de realizar un diagnóstico y en su caso, definir un tratamiento. En estas consultas, la dinámica es la siguiente:
- Identificar cambios en la salud en general desde la última visita, incluyendo nuevos medicamentos.
- Exploración completa de las encías, y el estado general, incluyendo radiografías o tratamientos complementarios si fuese necesario.
- Valoración respecto a la consulta previa.
- Detectar zonas de riesgo de reaparición de la enfermedad, y tratar si fuese necesario.
- Eliminación de cálculo y placa bacteriana. Valorar y readaptar los hábitos de higiene personal en función de los cambios acontecidos en la boca.
- Fijar la próxima cita.
Aparte de la higiene diaria, no dejes tu visita regular a la clínica dental. Recuerda que puedes solicitar cita previa en este enlace.